sábado, 17 de octubre de 2009

Cataclismo personal

Cuando una persona por un instante se aisla del ruido, de la velocidad en la que estamos inmersos cada día, y nos abstraemos en lo que ciéntificamente se llamarían Condiciones Perfectas, me doy cuenta de qué pequeños somos individualmente y qué grandes a la vez. Hoy me he dado cuenta de que estamos solos, rodeados de personas solitarias y nos unimos circunstancialmente para sentirnos menos solos. Pero este hecho,no hace que dejemos de estar solos por un instante, simplemente cambia nuestro sentimiento. Vivimos en lo que se llama la Cultura del Snack, de usar y tirar. Somos pequeños snacks hambrientos con necesidades, buscamos a otras personas para que por un tiempo nos ayuden a mitigar esas necesidades emocionales. Cuando no nos sirven, las tiramos.

Realmente podría parecer cruel, y a quién le parezca como tal quizá tenga razón o simplemente no se haya parado un momento a pensarlo. En la época que nos ha tocado vivir, los coches corren más, los aviones vuelan más alto y más rápido y la vida pasa mucho más deprisa, porque todo se consume más rápido. Incluso el agua ahora tiene fecha de caducidad. Y cómo es eso? pues el bien más puro que tenemos al ser modificado por la mano humana y embotellado en botellas de plástico, adquiere fecha de caducidad no por que el agua en sí perezca si no por el hecho de que el plástico se degrada y asu vez degrada al agua. Así que partiendo del hecho de que hemos hecho caducar hasta el agua.. porqué no íbamos a hacer que caducasen las personas? Hoy en día, el ritmo frenético nos hace totalmente insaciables e inconformistas siempre queremos más y mejor. Si tenemos algo, al poco lo desaprovechamos por algo que creemos que es mejor. Pero no sólo materialmente si no personalmente.

Quizá sean reflexiones desesperanzadoras de alguien que no quiere dejarse arrastrar por este ritmo arrollador, que no quiere ser un simple snack de horas bajas, y de alguien que piensa que las personas no tienen fecha de caducidad en su vida. Pero al fin y al cabo son reflexiones sobre algo que llevo observando bastante tiempo, toménme por loca o denme la razón, pero párese un instante y dígame lo que ve.